
Tras la reunión llevada a cabo el 6 de noviembre en la sede de la FATSA, con el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, y el secretario de Trabajo, Jorge Triaca, la dupla conductora de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña, anunció en conferencia de prensa haber alcanzado un acuerdo con el Gobierno y con el sector empresario para que todos los trabajadores reciban un bono de fin de año, y asimismo que ante posibles despidos se pueda discutir en una instancia en el Ministerio una forma de evitarlos.
Daer aseguró al respecto que la central podría «reconsiderar» el paro nacional si el bono que se discute con el Gobierno se implementa por decreto y de manera obligatoria para todos los trabajadores. Aun se espera que el contenido del decreto no traiga cambios conflictivos.
La idea es que se dé un bono de 5000 pesos en dos cuotas de 2.500 pesos antes y después del medio aguinaldo de diciembre, es decir en noviembre y enero próximos, como atenuante ante la pérdida de poder adquisitivo de los salarios por la suba de precios atada a la devaluación.
Lógicamente, el Gobierno y los empresarios dieron aval a esta iniciativa para tratar de contener las demandas salariales de los sindicatos en el proceso de reapertura de paritarias que se viene, luego de que Camioneros y Sanidad sellaran nuevas actualizaciones por encima del 40 por ciento.
Se acordó además que, ante casos de despidos hasta marzo de 2019, las empresas deberán notificar previamente a la secretaría de Trabajo para que habilite un espacio de negociación con los sindicatos, para intentar evitar esos despidos.
Esto quiere decir que, si algún empresario tiene que despedir a algún trabajador, tienen que discutir en la Secretaría de Trabajo y con los sindicatos a ver si podemos resolver esos despidos», afirmó Daer.
«Esperemos que mañana tengamos el decreto con la letra chica para analizarlo este jueves 8 en la reunión del Consejo Directivo de la CGT», sostuvo.
CAMINO AL DECRETO
Los empresarios avalaron la propuesta, aunque con la salvedad de que tal vez no todos los sectores ni todas las empresas estén en condiciones de tomar ese compromiso. Por eso el texto del decreto diría que el bono será “hasta” 5000 pesos, contemplando las limitaciones de pequeñas y medianas empresas en el contexto de recesión.
Por otro lado, trascendió que el bono será para todos los trabajadores en actividad, ya sea en el ámbito público como en el privado, aunque en el caso de los empleados estatales tendrían una negociación paralela con el Estado nacional.
En ese aspecto, Sica ya salió a explicar que los términos no serían exactamente esos. Aclaró que el acuerdo por el bono de $ 5.000 excluye a los empleados estatales y anticipó que evalúan la «obligatoriedad» del pago, a diferencia de lo revelado en las últimas horas que planteaba un extra «voluntario», y agregó la posibilidad de abrir una línea de financiamiento con bancos para ayudar a las empresas que no pueden pagarlo. “El bono sería compensatorio y no remunerativo en dos cuotas, en principio sería para el sector privado, hasta que el público no cierre sus paritarias», subrayó el funcionario.
Informó además que el plus está destinado para los trabajadores que cerraron paritarias por debajo de la inflación anual estimada en 40%, y que ya no pueden activar cláusulas de revisión o que no tienen pendientes cuotas de incrementos salariales ya acordados con anterioridad. Si ya firmaron nuevos ajustes salariales para los próximos meses por cláusulas de revisión, los empresarios podrían pagar el bono a cuenta de futuros aumentos.
Sica confirmó que la medida se oficializará por decreto tal como solicitó la CGT, aunque admitió que todavía no está escrito y que las condiciones pueden variar.