“Los argentinos llevamos más de 60 años de esperanzas perdidas con ataques a los derechos del pueblo trabajador”, señaló el conductor de la
Federación de Obreros y Empleados de la Industria del Papel, Cartón y Químico (FOEIPCQ), José Ramón Luque, quien en ese aspecto opinó que “hoy, el empleo escasea, situación que beneficia a los empleadores, presionando el salario a la baja. La cobertura de salud colapsa como consecuencia de los programas económicos. Los sistemas previsionales vuelven a ser variable de ajuste, modificándose siempre en perjuicio del trabajador… Necesitamos preservar el trabajo”. Por eso, “debemos exigir a la dirigencia que defiende los intereses de los trabajadores que esté a la altura de las circunstancias para enfrentar la destrucción de la fuerza laboral”, analizó Luque y afirmó que para eso “el único camino posible es el fortalecimiento de nuestras organizaciones, procurando construir juntos la unidad y la solidaridad de todos los trabajadores argentinos”.
El secretario general de los trabajadores papeleros de todo el país, José Ramón Luque, hizo un repaso histórico de políticas de distintos gobiernos donde estuvo presente el ataque “al bienestar del pueblo, desvalorizando la Cultura del Trabajo y destruyendo la Justicia Social”.
En ese marco, concluyó que “un punto de partida para esa situación de algún modo lo constituyó el proceso que dio comienzo después del golpe de estado del año 1955, que derrocara al Presidente Juan Domingo Perón”, quien fuera “dador de esperanzas y derechos laborales a la clase trabajadora en particular y sociales al pueblo en general”.
Luque repasó entonces el golpe cívico-militar del año 1976, que ejerció “una persecución en ámbitos fabriles y todo tipo de lugares de empleo para poner en práctica una política que destruyera las normas que regían el contrato de trabajo, interviniendo las organizaciones de los trabajadores y prohibiendo todo tipo de actividad gremial”.
Ya en democracia, recordó el gobierno de Raúl Alfonsín, “que aunque respeta y hace valer los derechos humanos, “otra vez intenta avanzar sobre las estructuras sindicales, demonizando su sistema de representatividad”. El menemismo, que “pone en práctica un modelo que destruye miles de puestos de trabajo, desatando un proceso acelerado de la desocupación”. La administración de Fernando De la Rúa, que llevó adelante “la intención de instrumentar una precarización extrema de los derechos laborales, a través de la fallida Ley Banelco”, y que ocasionó la grave crisis institucional del 2001. Seguidamente, llegó un largo camino de transición, con cinco presidentes en una semana, que llevarí a la presidencia a “Néstor Kirchner, en medio de una situación social que empezaba a dejar lo peor atrás, pero que, incluso tiempo después, ya con la doctora Cristina Fernández en el poder, nunca permitió recuperar la calidad de vida de la que gozaba el pueblo trabajador durante el primer y segundo gobierno peronista”, evaluó Luque, quien por todo ello reclamó “el fortalecimiento de nuestras organizaciones” como el “único camino posible” para lograr la unidad y solidaridad de los trabajadores, con el fin de no repetir esta historia de ataques al pueblo argentino.