La convocatoria del camionero Hugo Moyano a movilizar el 21 de febrero contra la política de gobierno de reformas y ajustes puso en el tapete diferencias preexistentes entre la conducción cegetista. Los sectores más dialoguistas representados por los grandes gremios de servicios e independientes no participarán de la marcha porque entienden que la medida obedece a razones afines al gremio camionero, mientras que los más combativos de la CGT aunarán fuerzas en la calle en un firme llamado de atención a la gestión de Mauricio Macri. Los triunviros Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña representan respectivamente a los sectores más confrontativos de la CGT, que están encabezados por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo.
A la marcha ya confirmaron su participación los gremios que integran la Corriente Federal de Trabajadores –conducida por Héctor Amichetti (gráficos) y el bancario Sergio Palazzo-, las CTA que lideran Hugo Yasky y Pablo Micheli, un grupo de organizaciones sociales, e incluso la Asamblea de Pequeños y Medios Empresarios (APYME) ante «la profundización de las políticas económicas del gobierno nacional, que impactan de lleno en el sector de las pymes, el comercio, la industria nacional y el trabajo de los argentinos». No se expidió formalmente el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), que presiden el ferroviario Sergio Sasia y el taxista Omar Viviani, aunque Sasia anticipó que no adhiere.
Entretanto, el 7 de febrero el triunviro Héctor Daer convocó en la sede de la Federación de Asociaciones de la Sanidad Argentina (FATSA) -donde acompaña en la Secretaría Adjunta al conductor nacional Carlos West Ocampo- a los referentes de los grandes gremios de servicios y a los independientes, para esbozar cómo será de ahora en más la posición de estos sectores ante el Gobierno y para definir los pasos a seguir en el reordenamiento interno de la central obrera.
De esa reunión, de la que participaron Armando Cavallieri (Comercio) y los independientes Gerardo Martínez (UOCRA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Carlos Quintana (UPCN) en representación de Andrés Rodríguez, salió la firme posición de “mantener la unidad” de la CGT.
Daer sostuvo que ratifican “la decisión de sostener la institucionalidad» de la CGT, y comentó que «siempre estamos buscando lo que es necesario en una estructura colectiva de conducción». A pesar de su llamado a la unidad, no descartó oficializar una fractura de la CGT: «Queremos seguir manteniendo la unidad. Si esto no es posible, convocaremos a un Congreso para definir la conducción».
“ESTO NO VA MÁS”
El ex líder de la CGT, Hugo Moyano, también se refirió a la situación en la Central Obrera. Admitió que es posible que la CGT se encamine hacia «la institucionalización de una fractura en dos vertientes», como ocurrió casi en todas las épocas. De hecho, algunos matutinos porteños ya están hablando de la CGT San José (por la sede de Camioneros) y la CGT Deán Funes (la sede de Sanidad), anticipando un posible quiebre.
«Hay cada vez más desocupación y pérdida de empleo, además de tarifazos constantes en todo sentido. Y por eso la marcha. Esta realidad no va más. Pero no somos irresponsables. Ello no significa que se alteren o incumplan los mandatos históricos», dijo con respecto al mandato de la conducción cegetista.
«La movilización fue convocada porque la situación no va más. Se terminó para el Gobierno el tiempo de inventar y prometer. Y podrá observarse ese día lo masivo de la protesta. A mí me interesa que me crean los trabajadores y no el Gobierno”, afirmó Moyano.
Asimismo reconoció esa marcha fue convocada en defensa de los salarios y del convenio colectivo 40/89 de camioneros, porque «las patronales procuran cercenar el 0,5 por ciento del ítem antigüedad», y subrayó que «el trabajador está en una situación más desfavorable respecto de la realidad de diciembre de 2015».
Moyano se preguntó por qué «el Gobierno está tan preocupado por la movilización del día 22», que a pedido del «Pollo» Sobrero por el aniversario de la Tragedia de Once paso para el 21, y expresó: «si nadie va a ir a excepción de mi familia, ¿por qué se preocupa?». «El Ejecutivo procura crear un mal clima para que la gente no participe”, agregó.
En otro orden, explicó que «las empresas saben que la inflación será superior al 15 por ciento, por lo que las paritarias deberían ser mayores a ese índice», pero reciben «presiones del gobierno».