La Federación Gremial del Personal de la Industria de la CARNE y sus Derivados participó del XXIXº Congreso Ordinario de la Confederación de Asociaciones Sindicales de Industrias Alimenticias (CASIA), en cuyo marco se hizo eco del pronunciamiento del cónclave que apuntó a la política del Gobierno nacional que va en detrimento de la producción nacional como de los salarios y derechos de los trabajadores. “Es falso que la competitividad se logre con precarización laboral y reducción de salarios”, reafirma la Declaración Final del Congreso que se manifiesta “Por un país productivo”.
Representada por su secretario general José «Beto» FANTINI, el secretario de organización Carlos MOLINARES, y demás pares de la Junta Directiva Nacional, la Gremial de los Trabajadores de la Industria de la Carne coincidió y aprobó junto al resto de los referentes de las organizaciones sindicales que conforman la CASIA, el documento del XXIX Congreso que cuestiona los intentos del Ejecutivo Nacional de avanzar con una ambiciosa Reforma Laboral que apunta a diezmar derechos adquiridos y precarizar la jornada laboral.
La Declaración de la CASIA deja en claro que «es falso que la competitividad se logre con precarización laboral y reducción de salarios”. Por el contrario, remarca que «la verdadera competitividad se construye con empresarios que inviertan en tecnología, capacitación y equipamiento, y que reinviertan utilidades para fortalecer la producción y el empleo». En este contexto, la proclama de los gremios de la Industria Alimenticia alerta que «las medidas de flexibilización podrían derivar en pobreza y desintegración social».
En ese sentido, pone el acento en «la importancia del rol del Estado como promotor de la industria nacional». Destaca -según datos propios de la CASIA- que, «entre noviembre de 2023 y julio de 2025, se registró la pérdida de más de 253.000 puestos de trabajo en todo el país, de los cuales cerca de 50.000 corresponden al sector industrial. Y pone el acento en que, “una sociedad productiva no se define solo por su tecnología, sino por su capacidad de generar valor agregado y garantizar derechos”, sostiene a través de la proclama.
En esa línea, la CASIA propone «un programa alternativo que priorice políticas fiscales activas, estímulo a la producción, defensa del consumo interno y fortalecimiento de la educación técnica para los trabajadores». En estos términos, la Confederación Gremial de la Industria Alimenticia marcó un límite y dejó en claro que «sin industria nacional, salarios dignos y negociación colectiva, no habrá desarrollo sostenible ni competitividad real». Comprometiéndose a seguir de cerca «el debate sobre modernización laboral, pero bajo la premisa de que los derechos de los trabajadores no pueden ser moneda de cambio».
Por último, de cara al Congreso Nacional de la CGTRA que definirá una nueva conducción, la Confederación llamó a la unidad del movimiento obrero organizado y planteó que la futura conducción de la Central Obrera cuenta entre sus dirigentes a referentes de los sindicatos industriales. “Solo un movimiento obrero unido podrá oponerse al propósito de los poderosos y resguardar la legislación social y laboral que son el corazón de la justicia social”, finalizó el documento del XXIX° de la CASIA realizado el 29 de octubre.











