Con Luis Barrionuevo como anfitrión, este viernes 7 de febrero en el tradicional almuerzo en el Hotel UTHGRA ‘PRESIDENTE PERÓN’ de Mar del Plata, el Movimiento Nacional Sindical Peronista (MNSP) lanzó el PARTIDO POLÍTICO “TRABAJ.AR”, integrado exclusivamente por los trabajadores. “Venimos a dar voz a quienes verdaderamente sostienen este país», proclamaron.
“Venimos a ocupar un espacio que nadie quiere ocupar, con los trabajadores, estudiantes y jubilados”, dijo el secretario general de la #UTHGRA a nivel nacional, quien cuenta con la adhesión de los gobernadores GUSTAVO SÁENZ (Salta), CLAUDIO VIDAL (Santa Cruz), IGNACIO TORRES (Chubut), MARTÍN LLARYORA (Córdoba) y RAÚL JALIL (Catamarca).
Participaron de la mesa de lanzamiento, LUIS BARRIONUEVO, coordinador general, HUGO BENÍTEZ, presidente del partido, SANDRA BARRIONUEVO, encargada de organización, GUSTAVO VILA, en representación del sector de la juventud, RUBÉN AGUIAR, en representación de los Jubilados, y MAIA VOLCOVINSKY, representando al sector femenino.
También participaron secretarios de varias organizaciones gremiales: ESTACIONES DE SERVICIO, TABACO, TEXTILES, BARRAQUEROS, AERONAVENGANTES, UTA, VIAJANTES, PERFUMISTAS, PANADEROS, ASIMRA, SINDICATO DEL CAUCHO, MAESTRANZA, GUARDAVIDAS, CARGA Y DESCARGA, UTEDYC, PINTURA, UATRE, SINDICATO DE TRABAJADORES DE REMIS Y AFINES, RECICLADORES, SUTECBA, AGUAS GASEOSAS, UOCRA, GUINCHEROS, CGT REGIONAL, CALZADO, SUETRA, PASTELEROS, OBREROS DEL VIDRIO, LA BANCARIA, entre otras. Estuvieron además representantes de la juventud, las mujeres y los jubilados, e invitados especiales.
Durante la presentación del nuevo espacio político, el MNSP compartió públicamente el ‘manifiesto’ a través del cual se deja en claro que el trabajo “ha sido, es y será el pilar sobre el que se construyó la Nación. Con esfuerzo, capacidad y compromiso, los trabajadores argentinos hemos sostenido su desarrollo y lo seguiremos haciendo, más allá de los vaivenes políticos y económicos”.
“Desde el Movimiento Nacional Sindical Peronista (#MNSP), impulsamos, a través del Partido Trabaj.AR, la recuperación del protagonismo de los trabajadores en la construcción de una Argentina con desarrollo productivo, justicia social y equidad”, declara el texto.
Además, el manifiesto aclara que Trabaj.AR “no es una causa gremial”, sino un “proyecto de país que requiere el compromiso de quienes día a día construyen el futuro: trabajadores, profesionales, empresarios nacionales, comerciantes, emprendedores, jóvenes y jubilados”.
“La democracia -señalaron- solo se fortalece cuando quienes gobiernan representan verdaderamente al pueblo. No podemos permitir que las decisiones que afectan la vida de los argentinos sean tomadas por quienes están ajenos a la vida cotidiana de la mayoría de los argentinos”.
Y finalizaron: “Por ello, asumimos el desafío de construir un espacio político que recupere la voz y el protagonismo de quienes realmente sostienen a la Argentina. Esa patria que soñamos es una donde el trabajo sea el verdadero motor del desarrollo y no una variable de ajuste”.
MANIFIESTO DEL MOVIMIENTO NACIONAL SINDICAL PERONISTA (MNSP)
PARTIDO TRABAJ.AR
El trabajo ha sido, es y será el pilar sobre el que se construyó la Nación. Con esfuerzo, capacidad y compromiso, los trabajadores argentinos hemos sostenido su desarrollo y lo seguiremos haciendo, más allá de los vaivenes políticos y económicos. Gobierno tras gobierno, hemos estado en cada fábrica, obra, comercio, hospital, aula, sector productivo y de servicios, demostrando que el verdadero motor de la Nación es el trabajo.
Sin embargo, en los últimos años hemos sido testigos de una situación preocupante que tenemos que romper, donde el poder y la pobreza se entrelazan, generando una creciente desconexión entre la dirigencia política y la realidad del argentino que trabaja. En lugar de construir un camino de estabilidad y equidad, hemos visto cómo las decisiones políticas, marcadas por la improvisación y la ausencia de estudio y planificación de los grandes problemas estratégicos, han profundizado las desigualdades y debilitado al conjunto de la sociedad.
Desde la vuelta de la democracia, hemos acompañado distintas gestiones, respaldando las políticas que promovieron el bienestar de los trabajadores y enfrentando aquellas que buscaron vulnerar sus derechos. Hoy enfrentamos un desafío aún mayor: los espacios tradicionales de representación se han distanciado de la ciudadanía y de los problemas reales que atraviesa nuestra sociedad.
Ante esta situación, compañeros y compañeras, no podemos ser indiferentes. Es nuestro deber histórico organizarnos y construir una herramienta política propia, que represente de manera genuina los intereses de quienes día a día sostienen a la Argentina con sus manos.
Desde el Movimiento Nacional Sindical Peronista (MNSP), impulsamos, a través del Partido Trabaj.AR, la recuperación del protagonismo de los trabajadores en la construcción de una Argentina con desarrollo productivo, justicia social y equidad.
No es una causa gremial, es un proyecto de país que requiere el compromiso de quienes día a día construyen el futuro: trabajadores, profesionales, empresarios, comerciantes, emprendedores, jóvenes y jubilados. Creemos en el esfuerzo como motor del progreso y en una sociedad donde cada sector aporte al bienestar común, porque el crecimiento debe ser colectivo.
Por eso, no venimos a improvisar ni a hacer promesas vacías. Venimos a dar voz a quienes verdaderamente sostienen este país: a quienes producen, generan riqueza con su trabajo y enfrentan cada día los desafíos del presente, no desde un despacho, sino en cada rincón donde se levante la Argentina.
Esta no es una lucha nueva. A lo largo de nuestra historia, el pueblo argentino ha demostrado que, incluso en las crisis más profundas, la fuerza del trabajo ha sido el motor de la recuperación nacional. Frente a la adversidad, no nos hemos resignado: nos hemos organizado, hemos luchado y hemos reconstruido, porque la cultura del esfuerzo y la solidaridad están arraigadas en nuestra identidad.
Esa identidad colectiva se sostiene en valores que han guiado nuestro camino y que hoy siguen siendo el fundamento de la Nación que queremos construir: ● El trabajo como eje central de la vida social y económica. ● La justicia social como principio rector de un país equitativo y con oportunidades para todos. ● La solidaridad y la comunidad organizada como base de la convivencia social. ● La familia como núcleo de formación y contención. ● La educación y la salud como derechos fundamentales y no como privilegios.
A través del tiempo, distintas corrientes de pensamiento han reconocido estos valores como pilares fundamentales para el desarrollo de una sociedad justa. La doctrina social de la Iglesia, en su enseñanza sobre el trabajo y la organización social, ha subrayado la dignidad y la solidaridad, poniendo especial atención en los más vulnerables.
En un mundo atravesado por incertidumbres y conflictos, reafirmamos nuestro compromiso con la paz y el diálogo como caminos indispensables para la estabilidad y el desarrollo de los pueblos.
Sobre esta base, creemos en una Argentina donde el desarrollo y el crecimiento vayan de la mano, donde el progreso no sea un privilegio de unos pocos, sino el fruto del trabajo y la voluntad de toda la sociedad. Un país donde la producción, el trabajo y la movilidad social sean los motores para generar oportunidades reales y mejorar la vida de todos los argentinos.
Pero no basta con crecer; es necesario tener una visión integral. En el presente, se ha intentado aislar la economía de la política, como si una pudiera funcionar sin la otra. Sin conducción política clara, la economía se convierte en números sin rumbo, donde el ajuste es el único horizonte.
El crecimiento por sí solo no garantiza estabilidad ni mejora la calidad de vida si las decisiones políticas se reducen únicamente a la lógica del recorte. La economía debe generar condiciones reales de progreso. Solo con una economía y una política alineadas a un desarrollo sostenible y ordenado podremos construir un país más estable y con oportunidades para todos.
Este desafío nos obliga a evolucionar. El país ha cambiado, y con él deben hacerlo nuestras herramientas de representación. La política tradicional ha quedado atrapada en sus propias estructuras burocráticas, alejándose de los ciudadanos y de sus necesidades reales.
Al mismo tiempo, el mundo del trabajo también se ha transformado con la irrupción de nuevas tecnologías y formas de producción, lo que exige que el movimiento de trabajadores actualice sus estrategias y fortalezca su rol en esta nueva etapa.
En este contexto de cambio, es fundamental recordar quiénes somos y qué nos define como Nación. El peronismo no es solo una doctrina política o una estructura partidaria: es la idiosincrasia misma de los argentinos. Nos han querido hacer creer que ha quedado obsoleto, que ha perdido vigencia o que ha sido vaciado de contenido. Incluso, algunos han levantado su bandera de manera oportunista, traicionando sus valores y principios.
Pero la realidad es una sola: el peronismo está vivo en cada trabajador y trabajadora que se levanta cada día para garantizar el sustento de su familia, en cada organización que defiende los derechos de sus representados y en cada argentino que cree en la movilidad social y en la construcción de un país con más oportunidades.
Con esta convicción, tenemos la responsabilidad de construir un nuevo espacio político, una herramienta de representación real, que no solo defienda los derechos de los argentinos, sino que los convierta en protagonistas del diseño y la implementación de las políticas públicas necesarias para una Argentina competitiva e integrada al mundo.
Para lograrlo, es imprescindible superar las divisiones que nos han paralizado como sociedad. Estamos convencidos de la necesidad de convocar a todos aquellos que no estén atrapados en el fanatismo de los bandos en disputa, sean los que gobiernan o los que gobernaron. La polarización y la grieta no han hecho más que enfrentarnos, desviando el foco de las soluciones reales y sirviendo a los intereses políticos de unos pocos. Es momento de dejar atrás esa confrontación estéril y reencontrarnos en un proyecto común, donde las diferencias no sean un obstáculo, sino una oportunidad para construir juntos un futuro basado en el trabajo, el desarrollo y la equidad.
Nuestra Nación ha transitado distintos modelos de gobierno y ha enfrentado crisis económicas y sociales. Pero si algo nos ha enseñado la historia, es que solo con instituciones fuertes y representación genuina podemos construir un país libre, justo y soberano.
No obstante, la democracia solo se fortalece cuando quienes gobiernan representan verdaderamente al pueblo. No podemos permitir que las decisiones que afectan la vida de los argentinos sean tomadas por quienes están ajenos a la vida cotidiana de la mayoría de los argentinos. Por ello, asumimos el desafío de construir un espacio político que recupere la voz y el protagonismo de quienes realmente sostienen a la Argentina.
Esa patria que soñamos es una donde el trabajo sea el verdadero motor del desarrollo y no una variable de ajuste. Donde los salarios permitan vivir con dignidad y no sean erosionados por la inflación.
Apostamos a un país en el que las nuevas tecnologías impulsen el crecimiento sin precarizar el empleo, donde la producción y la industria nacional sean ejes de nuestra economía y no víctimas de la especulación.
Defendemos los derechos conquistados por las mujeres y promovemos la equidad de género en todos los ámbitos, impulsando una sociedad más diversa e inclusiva. Apostamos a una transición energética responsable que proteja nuestros recursos naturales y fomente empleo genuino.
Creemos en la complementariedad entre lo público y lo privado para fortalecer un modelo productivo que garantice desarrollo y bienestar, donde la educación y la salud de calidad sean derechos garantizados y no privilegios de unos pocos.
El país enfrenta una crisis profunda, y la solución no vendrá de quienes han gobernado de espaldas al pueblo, ni de quienes llegan desde afuera de la política con discursos mesiánicos y promesas vacías. La reconstrucción de la Argentina no vendrá del azar ni de quienes especulan con su destino. Será obra de quienes siempre la sostuvimos con esfuerzo, incluso cuando otros fallaron.
Nosotros, los que trabajamos, producimos y construimos este país, asumimos la responsabilidad de levantar una Argentina que nos incluya a todos. No esperamos salvadores, porque sabemos que la única salida la construimos entre todos.
Porque la Argentina se construye con el esfuerzo de su gente.
Porque sin justicia, no hay igualdad de oportunidades.
Porque sin dignidad, no hay futuro.
Porque el trabajo es el punto de partida de los argentinos.
FUENTE: UTHGRA Central – Secretaría de PRENSA
CRÉDITO FOTOS: UTHGRA Central – Secretaría de PRENSA