El Sindicato de Capataces Estibadores Portuarios y Personal Jerárquico de la República Argentina (SCEPPJ), que conduce Osvaldo Giancaspro, el miércoles 9 de noviembre rinde homenaje a su líder histórico, uno de los máximos referentes de la gran familia portuaria, el emblemático dirigente Pepe Giancaspro, al cumplirse el segundo aniversario de su partida física.
«Era un hombre de bien, inigualable y de firmes convicciones, de una generosidad extraordinaria que lo mantenía en todo momento atento y dispuesto a dar una mano. Pepe honraba con su conducta de vida aquella premisa de Evita que plantea que ‘donde hay una necesidad existe un derecho’. Por eso, ante cualquier necesidad, ahí estaba Pepe con una sonrisa y su predisposición solidaria», aseguran sus compañeros de vida, su familia y todos aquellos que conocieron su calidad humana.
Pepe era portador de un coraje envidiable que lo mantenía al frente pese a sus años, poniéndole el pecho a las circunstancias más difíciles sin medir las consecuencias, porque solo tenía en mente seguir adelante con la lucha en defensa de los derechos y el bienestar de los capataces y sus familias, de todos los trabajadores portuarios y las organizaciones hermanas de la actividad. Esa actitud lo llevó a ser uno de los fundadores de la Federación Marítima Portuaria y Naval FEMPINRA.
Su discípulo y actual conductor del Sindicato de Capataces Portuarios, Osvaldo Giancaspro, consagrado secretario general en las elecciones de fines de 2021, sigue adelante con el camino señalado por su maestro a través de un legado que fortalece el accionar de la Comisión Directiva que encabeza y que el 30 de noviembre cumplirá un año de mandato. Con la experiencia de los más veteranos y la sangre renovada de la juventud de nuevos dirigentes y delegados, este cuerpo directivo levanta las banderas de lucha del querido Pepe Giancaspro para enfrentar estos tiempos difíciles con gestión y presencia en los puertos de todo el país. Lo hace sindicalizando a los jerárquicos portuarios, respondiendo a sus necesidades, y defendiendo y haciendo valer su legítima representación y encuadre.
En los últimos años de su vida, Pepe reflexionaba y no se cansaba de señalar un gran desafío que por estos años se mantiene vigente e inconcluso en el sector portuario, el de «hacer realidad un Puerto de Buenos Aires moderno y competitivo, el de concretar en un futuro inmediato licitaciones transparentes en cuyas actas y convenios respeten todos los puestos de trabajo existentes». Con ese objetivo, Pepe hacía hincapié en «la necesidad de dos Terminales Portuarias operativas en el Puerto de Buenos Aires, porque esa es la condición que no solo garantiza esos puestos de trabajo, sino que abre la puerta a la generación de otros nuevos».
Solo en esos términos, remarcaba Pepe, «podremos alcanzar el bienestar general para todos los trabajadores portuarios y sus familias, siempre priorizando y dándole espacio al diálogo y el consenso en torno a una mesa del sector donde las organizaciones hermanas de la actividad marítima, portuaria y naval, las cámaras empresarias específicas y los organismos competentes del Estado nacional se sentaran a debatir y ponerse de acuerdo en una política que respetara a los trabajadores con sus derechos y nos permitiera alcanzar los objetivos propuestos».