“La conmemoración del Centenario de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) nos convoca a mirar con determinación, asumiendo los retos que plantea el mundo del trabajo y reconociendo el rol histórico que ha tenido la OIT en la ardua tarea de construir un mundo más justo”, señaló el titular de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), quien además es miembro del Consejo de Administración de la OIT.
“El trabajo dignifica. Las normas internacionales del trabajo lo hacen decente. La OIT celebra 100 años dedicados a impulsar la justicia social y promover el trabajo decente”, abundó Martínez, y en ese aspecto subrayó que “no cualquier trabajo es trabajo decente”, sino que “es trabajo digno cuando se trata de un empleo justamente remunerado, productivo y que se desarrolla en condiciones de libertad, equidad y respeto por la dignidad humana”.
El titular de la UOCRA compartió un informe sobre “El Futuro del Trabajo” elaborado por la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo de la OIT. “Se requiere una transición justa que incorpore a los derechos humanos y a las condiciones socio laborales, como pilares constitutivos de un futuro con justicia social», aseguró Martínez.
La OIT afirma que “nuevas fuerzas están transformando el mundo del trabajo: Desarrollo tecnológico, cambio climático, movimientos demográficos, globalización”. Estas transiciones reclaman que se tomen medidas firmes. Es preciso aprovechar el momento para descubrir las oportunidades que estos cambios llevan consigo.
En su informe, la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo expone a grandes rasgos las medidas que es preciso acometer para lograr un futuro del trabajo que proporcione oportunidades de trabajo decente y sostenible para todos. El informe propone un programa para el futuro del trabajo centrado en las personas, que fortalezca el contrato social situando a los hombres, las mujeres y al trabajo que realizan en el centro de las políticas económicas y sociales y en la práctica empresarial.
Considera que “nos esperan innumerables oportunidades para mejorar la calidad de vida de los trabajadores, ampliar las opciones disponibles, cerrar la brecha de género, revertir los estragos causados por las desigualdades a nivel mundial y mucho más”. Sin embargo, “nada de ello ocurrirá por sí solo. Tal como sucedió en 1919, cuando se fundó la OIT, si no se toman medidas enérgicas, tendremos un mundo en el que se ahondarán las desigualdades e incertidumbres existentes”.
Por eso la OIT asegura que “para abrir un nuevo camino, es necesario una acción comprometida por parte de los gobiernos y de las organizaciones de empleadores y de trabajadores a través de la revitalización del contrato social”.