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PAPELEROS: «Un movimiento obrero fuerte y organizado para construir el futuro que quieren los argentinos»

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«Un movimiento obrero fuerte y organizado para construir el futuro que queremos los argentinos de bien», fue la proclama de cabecera del Documento Final del 60º Congreso Nacional Ordinario de La Federación de Obreros y Empleados de la Industria del Papel, Cartón y Químicos (FOEIPCYQ) que lidera su secretario general José Ramón LUQUE, repudiando el cierre de fuentes laborales «por políticas que privilegian importar a producir en nuestro país», promovidas por el Gobierno nacional.

En este escenario, planteó que «construir una Argentina que priorice nuestro bienestar demanda un sindicalismo organizado, fuerte y actualizado», no en sus objetivos históricos que son los que le dieron nacimiento -que siguen siendo válidos-, «sino en el aprovechamiento de las posibilidades que abren los avances tecnológicos, pudiendo éstos constituirse tanto en medio para mejorar en la defensa de los derechos de los trabajadores como en fundamento para lograr nuevas conquistas», advirtieron.

Si bien hacen foco en lo tecnológico, el orgánico papelero pone el acento en que «aunque la tecnología nos alcanza a todos, no lo hace de la misma manera con cada actor social», e indica que «tanto es así que ha dado lugar al surgimiento de una nueva clase social, la de los súper ricos». Y como contraparte analizan que, «vemos incrementarse en número y proporción los hogares pobres e indigentes, al igual que las situaciones extremas de desamparo, como las personas en situación de calle», denuncian. Para luego concluir de esta realidad que, «los ricos y súper ricos decidieron quedarse con todo». Y es más, «en relación a los trabajadores, es manifiesta su intención de no distribuir ni siquiera lo que nos corresponde por nuestra labor», alertan.

El cónclave papelero realizado el 13 de noviembre en la Sala de Deliberaciones del Hotel «6 de Mayo» de la Federación sito en Colón, Entre Ríos, remarca que esto ricos y súper ricos desde su visión, señala que los trabajadores «compartimos responsabilidad por todos los males de la economía y por lo tanto, es justo que padezcamos sus tribulaciones y debamos hacer todos los esfuerzos para mejorar la situación».

Premisa esta que, indican «se ha erigido en uno de los pilares de la gestión del Presidente Javier MILEI», a partir de la cual «los trabajadores, los desocupados, los jubilados, por exceso de derechos y beneficios, somos los responsables del desequilibrio fiscal y de provocar la caída de la economía y el quiebre de empresas, y por lo tanto, merecedores de los flagelos que nos aquejan: desocupación, salarios y haberes previsionales paupérrimos, congelamiento de ingresos, pérdida de derechos».

Seguidamente, el pronunciamiento del cónclave papelero puso la mira en la postura del espacio político gobernante de la que se hacen eco el sector empresario y casi todos los medios comunicación, al pregonar que «todo se resuelve con la reforma laboral: extender la jornada de 8 a 12 horas diarias, romper la ultra actividad de los convenios colectivos de trabajo, que garantiza la continuidad de la gran mayoría de los derechos que conquistamos en nuestra larga historia de luchas sindicales y una serie de iniciativas de similar estilo». Cuestión que, rechazaron de plano «todo proyecto normativo que implique la reducción de derechos a los trabajadores. Sabemos que las verdaderas soluciones vendrán precisamente con la ampliación y generalización efectiva de los beneficios laborales», dejaron en claro.

En cuanto a la actividad, destacaron que «en pocos años hemos visto que las máquinas de fabricar papel multiplicaron su velocidad en metros lineales por minuto, otro tanto ha ocurrido con el ancho de las máquinas. Esto se ha logrado sin variar las planillas de personal o disminuyéndolas. Es decir, la productividad de un trabajador papelero es mucho mayor a la que reflejan las condiciones técnicas de nuestros convenios colectivos de trabajo». Sin embargo, «esto no se ha trasladado aún en mejoras de los salarios profesionales, ni en condiciones laborales más favorables, ni en mayor nivel de empleo», puntualizaron.

Para luego sostener que, «la continuidad y expansión de la industria celulósico papelera argentina depende de la inversión empresaria en los medios de producción. Esto debe abarcar procesos industriales que cuiden tanto el medio ambiente del lugar donde se ubica cada centro productivo como sus condiciones internas de higiene y seguridad.

Exigen también un compromiso patronal para que sus empresas cumplan la función social que de ellas se espera y no sean transformadas en un medio para lucrar con maniobras especulativas que sumergen en la incertidumbre a centenares de familias trabajadoras y a toda la comunicad a las que éstas pertenecen».

En cuanto a las políticas del Gobierno nacional, remarcaron que «son abiertamente contrarias al pueblo trabajador. Cuando ataca al salario, destruye el mercado interno y con él la posibilidad de un desarrollo nacional autónomo: sin justicia social no hay soberanía económica posible. La apertura indiscriminada de importaciones y la desindustrialización planificada atenta contra el trabajo argentino y favorece intereses extranjeros. Le han constado a nuestra actividad 1.000 puestos de trabajo».

Agregaron que, «un futuro mejor para los trabajadores demanda también una legislación que no solo incentive la llegada de inversiones extranjeras, sino que regule su salida del país. No es admisible que multinacionales como Kimberly-Clarck o la chilena CMPC, luego de obtener grandes ganancias durante veinte años, cierren sus fábricas de un día para el otro sin penalidad alguna, mientras dejan un drama social en Argentina».

A todo esto suman que, «el condicionamiento a la negociación paritaria impuesta por el Gobierno nacional no solo desgasta nuestro poder adquisitivo, también nos amenaza con la posibilidad de quedarnos sin Obra Social, al negarle recursos suficientes para afrontar el costo creciente de la medicación y los tratamientos». Indicando además que, «otro de los principales motivos del desfinanciamiento de las obras sociales sindicales es el deficitario funcionamiento del Sistema Único de Reintegros de Enfermedades (SURGE), responsable de reintegrar los gastos en medicamentos e insumos de enfermedades de alto costo».

En ese sentido, priva el agravante de que «los valores de reintegros no se actualizan desde el año 2023, no llegan a cubrir el 20% del gasto y se perciben en plazos que supera los 2 años de presentados los expedientes». Así es que, «el gasto con reintegro SURGE de la Obra Social del Papel en el período Enero / Octubre de 2025 fue de casi 789 millones de pesos y lo percibido como reintegro en el mismo período fue de algo más de 62 millones de pesos, es decir, menos del 8%. El Gobierno nacional nos utiliza así para financiarse y hacernos partícipes involuntarios e inconsultos de su programa de déficit cero», concluyen.

Finalmente, el cuerpo orgánico papelero subraya que «este complejo presente nacional se desarrolla en un momento bisagra de la geopolítica, en el cual el alineamiento incondicional de nuestro país con los Estados Unidos bajo el gobierno libertario anula toda posibilidad de soberanía política». Poniendo el alerta en que, «las decisiones sobre el destino de la Patria se toman por fuera de nuestras fronteras, bajo la tutela del FMI y el Tesoro norteamericano, que imponen sus intereses sobre el pueblo argentino, comprometiendo también nuestra independencia económica». Advirtiendo a partir de la gravedad de lo considerado que, «un país que no defiende su industria, su ciencia, su educación y su trabajo, renuncia a decidir su propio futuro».

Debatidas estas y otras problemáticas que afectan al gremio y al país, los trabajadores papeleros resolvieron continuar acompañando al Consejo Ejecutivo en los programas de acción en defensa de los puestos de trabajo , el salario profesional y el convenio colectivo de trabajo, otorgando el 60º Congreso amplias facultades a la Conducción Nacional para disponer su planeamiento y ejecución.

El Documento Final fue rubricado por el Consejo Ejecutivo de la Federación Papelera que encabeza su secretario general José Ramón LUQUE y los secretarios generales de los Sindicatos Papeleros de: Avellaneda, Beccar, Bernal, Capital Federal, Cipolletti, La Matanza, Lanús, Morón, Misiones, Paraná, Fiplasto, Rosario, San Martín, Santa Fe, Tornquist, Tucumán, Trabajadores de Zárate, Naschel, San Juan, y Obreros y Empleados Zárate.