Con la participación de más de 500 congresales de todas las filiales del país, sesionó el 2 y 3 de octubre el 60º Congreso de la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA) que presidió su secretario general Héctor DAER (ATSA Buenos Aires), junto al presidente honorífico Carlos WEST OCAMPO y el secretario general adjunto Miguel ZUBIETA (Sindicato SALUD PÚBLICA PBA) en la vicepresidencia, en compañía de demás miembros del Consejo Directivo Nacional, entre ellos el secretario general de la ATSA La Plata, el senador provincial Pedro BORGINI, y el secretario general electo de ATSA Buenos Aires, Javier POKOIK. El orgánico contó además con la presencia del intendente de La Plata PBA Julio ALAK quien con su participación «contribuyó a enriquecer el debate político», destacaron.
El cónclave anual de la Sanidad ARGENTINA analizó y debatió a lo largo de las dos jornadas la realidad de los trabajadores y trabajadoras de la Sanidad de todo el país, reafirmando el camino de la justicia social y la solidaridad que llevan como bandera, convencidos de que «tenemos que estar juntos, unidos, con fuerza para construir el futuro que queremos».
Además, evaluaron «los grandes beneficios de pertenecer a UNI Global Union, de formar parte de este sindicato mundial que nos permite potenciar la lucha, compartir experiencias y lograr acuerdos globales para los trabajadores y las trabajadoras de la Sanidad», especificó oportunamente la asesora internacional de FATSA, Adriana ROSENZVAIG, en compañía del presidente mundial de UNICARE, Miguel ZUBIETA.
En la última jornada, el orgánico de las y los Trabajadores y Trabajadoras de la SANIDAD Argentina presentó la Declaración Final del 60º Congreso que planteó, a través de su titular, un llamado a ejercer el «PODER SINDICAL para construir un espacio con capacidad de equilibrar la sociedad». Una sociedad que señalaron como «profundamente desigual en la que estamos inmersos y vivimos día a día», una sociedad «que se empobrece aceleradamente producto de un ajuste económico sin precedentes» que ejecuta el Gobierno Nacional.
En ese sentido, además alertaron que, «apoyado en falacias liberales que se repiten como un mantra, el gobierno avanza entre vetos y Decretos de Necesidad y Urgencia, intentando destruir un sistema de derechos sociales y valores democráticos, conquistados durante décadas de lucha».
El pronunciamiento de la FATSA denunció además que «la Educación Pública, la Salud Pública, el Sistema Previsional, los derechos sociales y laborales individuales y colectivos, los presupuestos para la investigación en ciencia y tecnología y para la obra pública, son horadados y expoliados en aras de un falso equilibrio fiscal».
La declaración afirmó también que «el modelo sindical, la negociación colectiva, el derecho de huelga, los derechos laborales y la actividad sindical fueron los primeros objetivos atacados a días de asumido el nuevo gobierno, con el dictado del Decreto 70/23. Sólo una rápida reacción y una correcta estrategia defensiva, apoyada en acciones políticas, jurídicas y sindicales, coordinadas y simultáneas, nos permitieron poner el primer freno al atropello libertario».
El documento de la FATFA alegó además que «avanzaron con el recorte a los presupuestos universitarios, que amenazaban con el cierre de las casas de altos estudios. Nuevamente articulando acciones conjuntas con los trabajadores universitarios, los docentes, los alumnos y los egresados, la CGT salió a las calles y exigió el freno a los recortes. La sociedad en su conjunto acompañó el reclamo y nuevamente el gobierno sintió el cimbronazo».
Seguidamente, hizo foco en un despropósito recurrente del Ejecutivo: los alcances de la negación al diálogo. «Sin diálogo social ni político, el gobierno insistió reiteradamente, con diferentes estrategias e instrumentos con los mismos objetivos. Ley Bases, Decretos de Necesidad y Urgencia, Decretos reglamentarios y vetos se sucedieron sin solución de continuidad, tratando de alcanzar la eliminación de los derechos sociales y laborales, individuales y colectivos».
En este marco, la FATSA subrayó que «el sueño colectivo de una patria libre, justa y soberana, que reivindique el derecho al progreso social, fue atacado en la denominada batalla cultural y demonizado por los irresponsables líderes de la nueva sociedad individualista». Recalcó que «el Ministerio de Trabajo fue degradado, desmantelado y alejado de toda problemática laboral» y que «se eliminaron todos los castigos al fraude laboral y se destruyeron cientos de miles de puestos de trabajo ante la penosa ajenidad de la cartera laboral».
Y todo esto con el agravante de que «el gobierno percibe al salario como un precio más de la economía, dejando de lado el profundo sentido social y la importancia estratégica que tiene como motor del desarrollo económico. Así las paritarias fueron condicionadas, limitadas y desalentadas. Sólo la fuerza solidaria y organizada de los sindicatos permitió alcanzar acuerdos colectivos», denunciaron las y los trabajadores de la Sanidad.
El documento planteó que «poco a poco el desencanto social, producto del fracaso económico, la impericia política y la crueldad con la que se expresa el gobierno, empezó a emerger. El desprecio por los valores nacionales, por los derechos identitarios de nuestra sociedad y por los derechos de los más vulnerables de nuestro país, exacerbados por el gobierno, empieza a unir a una sociedad fragmentada y desigual. Es así como «el sueño colectivo de un país mejor renace, la esperanza del desarrollo económico con equidad social aparece en el horizonte», reflexionaron.
Frente a este dramático escenario, la Federación de la Sanidad Argentina afirmó que «los trabajadores organizados somos optimistas por naturaleza. El ADN de nuestra nación radica en los derechos sociales que nos distinguieron en todo el continente y nos impulsa con la fuerza de la solidaridad y la unidad militante, en el sentido de la justicia social. No tenemos dudas, vamos a triunfar». Al mismo tiempo la FATSA planteóque «tenemos el deber y la obligación de trabajar para construir un espacio político y plural, capaz de ganar las elecciones y gobernar un país con un proyecto productivo nacional».
La Federación de la Sanidad dijo con firmeza que «no nos resignamos al País del sálvese quien pueda, ni que las ganancias se las repartan los mismos cuatro vivos de siempre, buscamos un reparto equilibrado de la riqueza.
Queremos un País para todos». Porque «creemos en el trabajo como ordenador social y rechazamos la anomia del monotributismo que sólo produce un mínimo orden fiscal pero genera una gran desigualdad laboral». Porque «aspiramos a un proyecto del país productivo, que genere empleo de calidad, con un sistema de seguridad social con un financiamiento adecuado». Porque «no podemos quedarnos cruzados de brazos, sabemos que nuestros derechos están nuevamente en juego y sólo un triunfo electoral amplio y contundente, podría garantizar las mayorías parlamentarias que aseguren nuestras conquistas.
Finalmente, la Declaración del 60º Congreso General Ordinario de la FATSA reafirmó que «LA FORTALEZA SINDICAL» es la que «nos permitirá incidir el rumbo de un nuevo gobierno que nos devuelva la felicidad colectiva a la que todos aspiramos». Convencidos de que «forjar un proyecto de país que recupere la soberanía política, la independencia económica y la justicia social es posible, tenemos que comprometernos en la construcción de un proyecto político que nos represente y nos devuelva la esperanza de un futuro mejor para todos nosotros y nuestras familias. Fuerza, Compañeros y Compañeras, el triunfo es de los trabajadores», concluyeron.