Los trabajadores portuarios y la gran familia de los Capataces Portuarios lloran la partida de «PEPE» GIANCASPRO, «un ser único y extraordinario que con una generosidad sin límites, vivió con la mano extendida para brindar una ayuda o dar un consejo».
En las primeras horas del lunes 9 de noviembre a los 88 años falleció el emblemático y veterano dirigente portuario «Pepe» Giancaspro, secretario general del Sindicato de Capataces Estibadores Portuarios (SCEP) y miembro del Consejo Directivo Nacional de la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval de la República Argentina (FEMPINRA).
Dejando un profundo dolor en la gran familia portuaria, Pepe partió de forma natural pasadas las 5 de la mañana cuando reposaba en su domicilio del barrio porteño de La Boca, donde cumplía -dada su edad- con el aislamiento en resguardo de la pandemia, cuestión que lamentablemente contribuyó con los meses a su progresivo deterioro de salud.
Tal como lo manifiestan propios y extraños, «Pepe era y seguirá siendo por siempre en la memoria de los portuarios y en especial de la gran familia de los Capataces, un ser único y extraordinario, un auténtico «gaucho» de los puertos argentinos que vivió con la mano extendida para brindar una ayuda o dar un consejo».
Pepe era «portador de una generosidad que no conocía límites y de un coraje osado que lo llevaba a ponerle el pecho a las circunstancias más extremas en el marco de la lucha en defensa de los derechos de los trabajadores portuarios, que no medía las consecuencias pese a sus 88 años».
Tristemente ya a fines de 2019, meses antes de que nos sorprendiera esta pesadilla de la pandemia del COVID-19, el querido Pepe Giancaspro comenzó a tener problemas de salud que lo tuvieron de manera intermitente en su función, hasta que finalmente con el aislamiento fueron agravando su estado hasta llegar este día en el que fue convocado a seguir con su lucha en las fuerzas de la fe en Dios todo poderoso, de las que era devoto.
En este contexto, promediando el 2019 y sin abandonar su lucha de sol a sol que lo encontraba con la primera luz del día en su despacho, Pepe descansó en su hijo Osvaldo, quien en su condición de secretario adjunto lo acompañó como siempre, pero más aún en los últimos pasos de su gestión, conteniéndolo junto al resto de su familia y los amigos que supo cultivar a lo largo de su vida.
FOTOS: Archivo Crónica Sindical + Carpa de la Dignidad Portuaria