Frente a la pandemia por el COVID-19 y bajo el lema «si van a sonar las ollas, que suenen llenas», el Sindicato de Trabajadores Viales y Afines de la República Argentina (STVyARA), que conduce Graciela Aleñá secundada desde la Adjunta por César González, realiza ollas populares y entrega de donaciones todos los fines de semana en la Asociación Civil «Nuestro Hogar» del barrio de La Boca y también en provincias como Entre Ríos, Neuquén, La Pampa y Córdoba.
«Creemos que ser solidarios con quienes peor la están pasando es importante y en ese sentido los sindicatos cumplimos una función social en la crisis. Lamentablemente venimos de un Gobierno que destruyó todos los índices económicos y sociales y cuando estábamos por iniciar un nuevo camino, aparece una pandemia que frenó cualquier posibilidad de reactivación», indicó Aleñá.
En este marco, los viales nacionales entregan más de 200 viandas a familias del Barrio de La Boca y alrededores todos los fines de semana, desde las 13 hs. en la Asociación Civil «Nuestro Hogar», en la calle Necochea 1180, acción que es coordinada desde la Seccional Central y de Buenos Aires del sindicato.
Del mismo modo, la iniciativa se repite en provincias como Entre Ríos, Neuquén, La Pampa y Córdoba. «Estamos recibiendo donaciones de alimentos, ropa, calzado, artículos de limpieza, bonos de gas y leña para entregar en distintos comedores comunitarios», agregó la dirigente que forma parte con el sindicato de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y del FRESIMONA de Pablo Moyano.
Con relación a la crisis sanitaria y cómo afecta en la actividad de Vialidad Nacional, la sindicalista indicó: «Nosotros como trabajadores esenciales hemos sostenido en este tiempo tareas de mantenimiento, tanto de emergencia como de conservación en rutas nacionales. Ahora apoyamos la disposición del Gobierno y del ministro Katopodis de reactivar las obras viales, bajo la condición de cumplimiento de estrictos protocolos sanitarios», indicó la sindicalista.
«Valoramos y agradecemos el enorme esfuerzo que hacen nuestros compañeros y compañeras en todo el país. La unión de los trabajadores y un Estado presente son el mejor remedio para enfrentar al COVID-19», concluyó.
ORGULLO SOLIDARIO
De esta forma, el sindicato pone de manifiesto de cara a la pandemia el compromiso social de ir más allá que la defensa a ultranza de Vialidad Nacional y los puestos de trabajo, de los derechos e intereses de sus representados, y extiende hoy más que nunca su brazo solidario con sus Seccionales en distintos puntos del país, sus dirigentes, cuerpo de delegados y trabajadores, poniéndose al lado de los más vulnerables, de los que realmente la están pasando mal.
Así lo da a conocer el gremio en su boletín digital oficial, #SomosSTVyARA «Imagen e Identidad de sus Trabajadores», haciendo visible las necesidades de los que menos tienen, como así también el compromiso solidario que la comunidad toda debería tener, dejando en claro que la solidaridad no se declama sino que a partir de la empatía -esa condición social indispensable de ponerse en lugar del otro- debe traducirse en hechos concretos. En este camino, el STVyARA le hace honor a la premisa del General Perón que dejó como legado: «Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar».
No solo se trata de llenar las ollas, también los viales recurren a otras formas para estar junto a los que más necesitan con donaciones de distinto tipo. En ese orden, las Seccionales de La Pampa y Buenos Aires acercan alimentos a los más humildes, las Seccionales de Santa Fe y Santa Cruz confeccionan y llevan barbijos, y otras, como la Seccional Casa Central hace lo propio con máscaras, mientras que la Seccional Neuquén lleva leña para comedores de la provincia.
Con este gran espíritu solidario, el STVyARA organiza estas ollas populares en los barrios carenciados para los que más necesitan, a través de las Seccionales Casa Central y Buenos Aires en el barrio de la Boca y en Guernica, Provincia de Bs. As., y la Seccional Entre Ríos en Paraná, para que “las cacerolas suenen llenas”. Y así lo hacen, despertando en su secretaria general nacional Graciela Aleña el orgullo de contar entre las filas de la organización con «buena gente» que le pone el cuerpo a la militancia social en circunstancias cruciales. «Me hace muy feliz ver el compromiso que tienen. No hay día, no hay horario, no hay lluvia, no hay frío. Eso no tiene precio y solo hay una palabra: gracias», afirmó al cabo de una de las tantas jornadas.