La Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne y sus Derivados, que conduce José Alberto Fantini, se pronunció en contra de la exportación de ganado vivo y de carnes con hueso por el “grave retroceso” que causa a la cadena de la industria cárnica, afectando las fuentes de empleo. Denunciaron así “la insistencia de algunos productores” para la incorporación de dicha modalidad.
“La cadena de la carne no se debe romper por intereses individuales”, sostuvieron.
Por otra parte, integrantes de la conducción participaron del XXIV Congreso de la Confederación de Asociaciones Sindicales de Industrias de la Alimentación (CASIA), donde los representantes de las organizaciones adheridas manifestaron su “malestar y profunda preocupación” por la situación económica y social del país y por las “serias dificultades por las que atravesamos los trabajadores y trabajadoras del sector”.
“Decimos que exportar carnes con hueso es atentar contra la producción del país y darle la espalda a nuestra mano de obra, tan reconocida en el mundo entero, generando una inaceptable capacidad ociosa en las despostadas”, sostuvo Fantini, agregando que “del mismo modo rechazamos absolutamente la exportación de ganado en pie, ya que además de hacer desaparecer mano de obra en la faena y posterior desposte, estaría destruyendo el corazón de la industria cárnica nacional, con una inaceptable idea arcaica que atrasa la actividad dos siglos”.
De esa forma, Fantini denunció que “algunos componentes de esta cadena están tratando de promover privilegios mezquinos por sobre los intereses generales de la industria, dejando de lado todo el camino recorrido por la actividad, anteponiendo exclusivamente su rentabilidad”.
“Estamos convencidos de que el diálogo es la gran herramienta de toda sociedad en democracia, es por ello que hemos participado activamente en la llamada Mesa de ganados y carnes, ámbito que, por otra parte, esperamos que continúe funcionando en el tiempo, donde llevamos el sentir y el parecer de todos nuestros compañeros trabajadores de la carne de todo el país”, reafirmó Fantini.
En ese aspecto, destacó que “esa participación nos permitió discutir, disentir y acordar, siempre manteniendo firme la defensa de los derechos e intereses de los compañeros, pero a su vez, nos permitió ir conociendo aún más profundamente la problemática particular de cada eslabón de esta cadena del sector. En dicha Mesa siempre buscamos consensuar las soluciones, por encima de las demandas individuales, convencidos que nuestro aporte colaboraba con el mejoramiento del desarrollo de toda la cadena”.
“La crisis económica a nivel nacional se evidenció en la caída pronunciada del consumo, especialmente popular, lo que en buena parte fue balanceado con el fuerte desarrollo de las exportaciones de nuestras tan preciadas carnes, lo que generó divisas para la Nación y más trabajo para el personal de las plantas exportadoras”, analizó Fantini.
“Nuestros mayores nos legaron un principio que firmemente defendemos, al decir que ‘En la Unidad reside la Fuerza que nos llevará al Triunfo’, por ello instamos al diálogo sectorial, manteniendo como premisa fundamental el valor agregado de la mano de obra nacional”, subrayó Fantini.
EN LA CASIA
La Federación de la Carne participó del XXIV Congreso Ordinario de la Confederación de Asociaciones Sindicales de Industrias Alimenticias (CASIA), que dio comienzo el 17 de octubre, donde estuvo representada por José “Beto” Fantini, Carlos Molinares, Fabián Ochoa, Miguel Tapia, Claudio Blanch, Gabriel Muñoz, Cristian Crudelli y José López.
En el encuentro, además de aprobarse la Memoria y Balance, se analizó la realidad social y política de los trabajadores de todos los gremios de la alimentación.
“Resultan inaceptables los sucesivos aumentos en la pobreza que castigan principalmente a niños y sectores postergados así como el permanente cierre de empresas, los procedimientos preventivos de crisis, las suspensiones; los despidos, los adelantos de vacaciones y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios”, subrayaron y afirmaron que “el actual modelo económico impuesto desde el gobierno ha llevado a la desintegración del sistema productivo, la caída del consumo, la falta de producción y la desprotección de la industria nacional frente al comercio internacional”.
Advirtieron además que “las obras sociales sindicales enfrentan una situación económica insostenible que pone al borde del colapso al sistema solidario de salud. El desfinanciamiento producto por un lado de la caída en sus ingresos por la pobre actividad económica (despidos, caída salario real, morosidad elevada de las empresas) y por otro los sucesivos incrementos desmedidos en los precios de las prestaciones médicas y farmacéuticas son algunas de las graves dificultades que enfrentamos”.