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La lealtad y la justicia

"17 DE OCTUBRE DE 1945" - POR SOBRE TODAS LAS COSAS

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Por Oscar Guillermo Rojas, Secretario General SOMRA.

A 74 años de aquella gesta histórica, la demostración de unidad y lealtad del pueblo argentino es la única fuerza capaz de luchar por la desigualdad, por la injusticia y por el legado que nos dejó nuestro líder, el compañero Juan Domingo Perón.

En octubre de 1945, la clase trabajadora de nuestro país vivía difíciles momentos. A pesar de los diversos conflictos internacionales que desencadenaron la Segunda Guerra Mundial, la época se caracterizó por un vigoroso crecimiento industrial en la Argentina, alcanzando incluso estándares de crecimiento mayores a los que, hasta el momento, brindaba el campo, pero la desigualdad, la opresión y la exclusión política de la clase trabajadora, acompañada por los golpes de estado, tenían en vilo al pueblo argentino.

En 1943, numerosas situaciones que se suscitaban en nuestro país, allanaron el camino para que Juan D. Perón comenzara a dar sustento al movimiento y, posteriormente, fuera anunciado su ingreso en la Secretaría de Trabajo y Previsión.

Desde ese lugar, Perón dio inicio a una serie de importantes iniciativas que confluyeron en el desarrollo sindical. Creó los tribunales de trabajo; se sancionó el decreto de extensión de la indemnización por despido de trabajadores; se sancionó el Estatuto de Peón de Campo y el Estatuto del Periodista; se creó el Hospital Policlínico para los trabajadores ferroviarios; se crearon escuelas técnicas dirigidas a los obreros; se promocionaron y se llevaron a cabo negociaciones colectivas, firmando gran cantidad de Convenios Colectivos; se impulsó el proceso de sindicalización; millones de personas mayores fueron beneficiadas por la jubilación, entre tantas otras medidas.

Esta situación, que era monitoreada por intereses externos, llevó presión para que desde el gobierno de aquella época se dispusiera que Perón, que había renunciado a sus cargos, fuese detenido y trasladado a la isla Martín García.

Esto resultó insostenible para los trabajadores argentinos, quienes ante una convocatoria a huelga nacional marcharon desde las primeras horas de aquel histórico “17 de octubre”, desde barrios y localidades populares como la Boca, Parque de los Patricios, Barracas, entre otras; de diversas localidades del Gran Buenos Aires y de la Provincia de Buenos Aires; de zonas industriales y de las distintas provincias de la República Argentina, coreando consignas a favor de Perón y del movimiento.

Esta impresionante demostración de compromiso y lealtad logró que Perón, luego de breves negociaciones, fuese liberado y ocupase el balcón de la Casa Rosada para hablarle a los trabajadores llevándoles tranquilidad.

“Muchas veces he asistido a reuniones de trabajadores. Siempre he sentido una enorme satisfacción: pero desde hoy sentiré un verdadero orgullo de argentino, porque interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de trabajadores, que es lo único que puede hacer grande e inmortal a la Patria”, dijo Perón.

Ese día, el 17 de octubre de 1945, pasó a ser considerado como el inicio del partido justicialista dónde comenzaron a edificarse los pilares de la Doctrina Peronista, cimentada en la lealtad del pueblo y en el protagonismo de las masas populares, siendo el pueblo exclusivo protagonista, y creando conciencia de la fuerza transformadora de las mayorías populares.

“Le prometían todo y no le daban nada. Entonces yo empleé un sistema distinto. No prometer nada y darles todo. En vez de la mentira, decirles la verdad. En vez del engaño, ser leal y sincero y cumplir con todo el mundo”, remarcó Perón, al tiempo que sostuvo que “la verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo”.