Durante la visita del presidente electo Alberto Fernández a la CGT el 8 de noviembre, los cosecretarios generales Calos Acuña y Héctor Daer manifestaron el respaldo del sindicalismo al futuro gobierno. No podía ser de otra manera porque el movimiento obrero en grande se integró a la conformación del Frente de Todos aún antes de que se develara la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner.
“Tal como nuestra historia nos compromete, honramos el mandato ofreciendo esfuerzo y trabajo ante el tremendo desafío que los trabajadores tenemos por delante, luego de cuatro años de políticas neoliberales que han lastimado profundamente el tejido social”, esbozó la CGT al día siguiente de la elección presidencial.
No es poco el trabajo político que tiene el gobierno entrante. Por esa razón, el acompañamiento y la participación activa del sindicalismo será trascendente en el marco del pacto social amplio que el nuevo gobierno viene delineando.
La significación del pacto social atravesó todos los discursos, especialmente el de Alberto Fernández desde las primeras palabras que pronunció ante la multitudinaria y atenta audiencia gremial. “Estoy seguro que quienes están sentados a mi lado quieren esa Argentina integrada que yo quiero. Quieren aportar al futuro. Es el mismo compromiso que encuentro en los gobernadores, el mismo que encuentro en Cristina (Kirchner) cada vez que hablo con ella, y en cada legislador al que le planteo mis dudas y en los grandes hombres de la política. Si todos estamos de acuerdo pongámonos a trabajar ya y la Argentina va a tener el futuro que nos merecemos. Feliz de estar en la CGT, feliz de estar en la casa de los trabajadores”, les respondió Fernández.
“Me preguntan si vamos a acompañar y yo respondo: No somos terceras personas, somos parte del gobierno que viene. La esperanza se hace sólida en esta foto de unidad, con los gobernadores, los intendentes y todos. Bienvenido a tu casa, sentila como tu casa. El peronismo es de los trabajadores”, le expresó Héctor Daer al darle la bienvenida al mítico edificio de la calle Azopardo.
“Macri dejó el país con más desocupados, más pobres y endeudado. No tiene reservas, no tiene fondos, pero sí tiene la especulación financiera a la orden del día y una demanda social tremenda. Pero vamos a salir. Uno cuando habla con Alberto se da cuenta de que tiene claro qué hacer y por dónde ir”, aseguró el sindicalista.
“Tenemos optimismo porque había que cambiar el rumbo. Hay que valorar que un presidente tenga la vocación y la voluntad de hacer el acuerdo. Ningún presidente quería abrir el juego para encontrar los caminos”, remató.
Al abrir el encuentro, el cotitular de la CGT, Carlos Acuña, aseguró que durante todo el proceso electoral y la transición «el movimiento obrero ofreció un elevado ejemplo de madurez al entender la situación crítica por la que atraviesa el país», y sostuvo que «el sindicalismo dejó todo de lado y trabajó en unidad para consagrar a Alberto Fernández presidente de la Argentina».
«Viene ahora la etapa más difícil, en la que habrá que apelar más que nunca a la unidad de todos para sacar el país adelante. No será solo responsabilidad de la política sino de la clase obrera, de los trabajadores, que acompañarán esa gestión», puntualizó Acuña.